Con miedo a volar

Hay veces en la vida en que hay que pararse a reflexionar y  pensar en que si es preciso; cambiar la perspectiva con la que aveces enfocamos las cosas.

Reconozco que soy una persona realmente acelerada, y diciéndolo de un modo un tanto radical: podría afirmar que no suelo disfrutar mucho del presente. Tengo la mala costumbre de imaginarme todo lo que va a pasar, deleitarme en lo maravilloso que va a ser todo de ahí en adelante y de lo mucho que me reiré y disfrutaré, porque no habrá altercado en el mundo que apague la radiante luz que desprenderá mi felicidad. ¿que cual el resultado de esto? pues suelen ser los terribles chascos con los que me encuentro; lo increíblemente duro, radical y anodino que es, nada mas y nada menos, que el mundo real. 

Para todos y todas aquellas que seáis como yo, u os sintáis en parte identificados con este escrito; os aconsejo que intentéis cambiar. Que cuanto menos alto dejéis volar vuestra mente, la caída será menos agresiva. Y no serán necesarios los suspiros, las lagrimas o las parrafadas personales en vuestros bloggs o diarios. 

Ahora siento, que el presente es lo que tenemos entre las manos y que no lo hemos de descuidar imaginando el futuro. No sirve de mucho y en ocasiones solo será para hacerte daño. 

Ahora se me acaba de venir a la mente una frase que dijo una cantante a la que yo admiraba mucho: 

Vive como si no existiera un mañana y aprende como si  fueras a vivir siempre. 

Sé que esto es imposible de cumplir; mas que nada porque nadie va pensado por ahí que su ultimo día pueda ser mañana. Pero tener estas palabras presentes puede ayudar. Y recuerda que debes darle a tu vida intensidad y ganas; dándole el sudor de alguien que lucha por lo que le importa.